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sábado, 15 de mayo de 2021

Noche de alacranes 15 frases

 Conociendo el pasado se evita caer en los mismos errores. Algo así. No, no creo en esa frase. Es mentira. El ser humano ha cometido los mismos errores una y otra vez. No escarmienta.


Para su madre, las flores no eran solo flores, sino que encerraban en sí mismas todo un mundo de propiedades casi mágicas. 


Pensó que las madres de entonces no eran como las de ahora. Las de entonces callaban siempre, pasase lo que pasase. Eran firmes y duras, como una montaña, y jamás exteriorizaban sus sentimientos y sus emociones, aunque en sus entrañas se cociese la lava de un volcán. Así había sido su madre.


Desde muy pequeña había constatado que la noche es el lugar de los sonidos; al contrario que el día, que es el lugar del ruido.


Pensó entonces que no podía existir en el mundo un lugar tan bello. Pero comprendió al instante que no siempre los lugares bellos son los mejores para vivir y que incluso el ser humano no podría subsistir en algunos de ellos.


Siempre había pensado que, por mucho que cambiasen las costumbres de los seres humanos, había cosas inmutables que permanecerían por los siglos de los siglos, por ejemplo, el amor y la amistad. 


Ella era joven, a pesar de su edad. Se lo había oído decir a Picasso en una ocasión: «el que es joven, lo es toda la vida». Lo había decidido hacía ya muchos años: sería joven hasta el último día; moriría joven, aunque tuviera cien años.


¡Qué comportamientos más raros tenemos los seres humanos! ¡No es extraño que nos pase lo que nos pasa!


Y viajar, acercarse a otras culturas y a otro modo de vida, le pareció siempre una de las experiencias más enriquecedoras que pueden vivirse.


Él la había ayudado más que nadie y, sobre todo, la había querido más que nadie. Ella lo había recompensado como mejor podía: queriéndolo de la misma manera.


Los bárbaros que ganaron la guerra piensan que la cultura y la educación han traído todos los males del país. Por ese motivo nos persiguen también a los maestros. No quieren hombres inteligentes y libres, les tienen miedo.


Hay personas que cuando sienten el peligro próximo esconden la cabeza en un agujero y se rinden a las primeras de cambio. Otras, por el contrario, luchan hasta el final, aunque sepan que todo está perdido. Para estas últimas la dignidad es tan importante como la propia vida.


Y se dio cuenta también de que, en lo tocante al dolor, los seres humanos son como pozos sin fondo, capaces de acumular una pena tras otra hasta límites inimaginables.


—Aprender a leer y a escribir. 

—¿Para qué me servirá? ¿Para leer mentiras? 

—Te servirá para que sepas distinguir la verdad de la mentira. Solo así podrás luchar por ser libre, y solo así podrás intentar ser medianamente feliz en esta vida.


A medida que la vida le hacía madurar, a medida que se sentía más mujer, descubría que la existencia era algo complejo, caprichoso e incontrolable.


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