Los ocios de las gentes ricas no son más que un insoportable enojo para aquellos que no saben aplicarlos en beneficio de los demás;
...pero la fortuna verdadera de un buen obrero no puede perderse nunca, mientras conserve brazos e ímpetu...
El amor es el más grande de los bienes, pero si no satisface la conciencia, jamás será verdaderamente dichoso.
Un hombre es poca cosa en esta tierra rebosante de vidas, pero con una lengua puede rehacerse un mundo...
Déjate conducir, porque no hay más que dos cosas que lleven a la felicidad: amar y creer.
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